Solo un 13% de las mujeres jóvenes están interesadas en trabajar en la industria TIC, frente al 36% de los varones de similar edad, afirma un nuevo estudio que profundiza en el triste fenómeno de la falta de diversidad de género en el sector.
La diversidad de género en el sector tecnológico sigue siendo una de las asignaturas pendientes para lograr la igualdad social en el tejido laboral TIC. Recordemos que sólo uno de cada cuatro trabajadores del sector tecnológico español es mujer, mientras que otro estudio asegura que las mujeres representan menos del 20% de la plantilla de las grandes empresas TIC.
Una lacra de enorme gravedad cuyas causas son de lo más variadas, desde el propio enfoque que se da a la educación técnica en las etapas escolares como a las reticencias a trabajar en un sector donde se suceden los casos de acoso sexual como si fueran rosquillas (el 78% de las emprendedoras TIC ha sufrido o conoce casos de acoso sexual). Todas estas causas se concentran en un fenómeno claro y con implicaciones directas en la falta de diversidad de género: las mujeres no están tan interesadas en trabajar en el sector tecnológico como los hombres.
Así lo asegura un nuevo informe de TheCity UK, según el cual apenas el 13% de las mujeres jóvenes están interesadas en trabajar en la industria TIC. Por el contrario, más de un tercio (36%) de los varones de similar edad aspira a formar parte de esta creciente y ambiciosa familia.
Las razones principales por las que ellas quieren mantenerse lejos son la falta de habilidades (45%) y la falta de conocimiento sobre tecnología (38%). Incluso una cuarta parte (24%) llegó a afirmar que el sector tecnológico “no es para gente como ellas”.
Esta tendencia apoya y al mismo tiempo contradice una de las preocupaciones máximas del colectivo femenino en el sector: que se perpetúe la imagen de que las mujeres no quieren trabajar en tecnología. Un documento reciente de la UOC afirmaba en este sentido que “la relación entre las mujeres y las tecnologías ha estado históricamente reducida a una imagen tecnofóbica que visibiliza a las mujeres como contrarias al uso de las tecnologías. […] El mantenimiento de este argumento únicamente refuerza los estereotipos relacionados con la resistencia de las mujeres a utilizar las tecnologías, creando espacios de exclusión definitiva”.
Fuente: www.ticbeat.com