El daño económico de la falsificación en todo el mundo asciende, ni más ni menos, que a 400.000 millones de euros anuales; 7.000 en España, donde este comercio supone la pérdida de 60.000 empleos cada año. Datos que convierten a esta actividad en uno de los grandes tráficos internacionales, junto a las drogas y a los seres humanos.
Memoria de delfín se detiene esta semana en esta práctica delictiva, en su evolución, en el papel desarrollado por la tecnología, en las herramientas legales que intentan frenarla y en las penas aplicadas en nuestro país.
Para ello, Arturo Martín recibe a Luis Berenguer, jefe del Servicio de Comunicación y portavoz de EUIPO, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, que cumple 25 años. “Los españoles somos un poco más laxos a la hora de perseguir o interpretar como algo negativo las falsificaciones, pero es una cuestión cultural que va evolucionando”, apunta desde Rne Alicante.
Y en los estudios centrales de Prado del Rey, se suma a este interesante debate Javier González, abogado en el departamento jurídico de Andema (Asociación Nacional para la Defensa de la Marca), que subraya como sectores más falsificados “el textil, la marroquinería y algo preocupante, la alimentación y las bebidas”.
A su lado, Ángel Bahamontes, presidente de la Asociación Nacional de Tasadores y Peritos Judiciales Informáticos. “Antiguamente, se cogía a los manteros y se les intervenían los cd, y donde hay que intervenir es en la tostadora y registrarla, que es la lucha que tenemos. Pero hoy en día puedes comprar todavía una para picar 200 discos, y en la aduana no te dirán nada. Si hubiese un registro de esas picadoras, cualquier policía sabría adonde dirigirse”, reivindica.
Por último, Sonia Castelani sale a la calle para preguntar qué tipo de falsificaciones consumen los españoles, y con Carlos Úbeda, inspector Jefe de la Sección Delitos contra la Propiedad Intelectual e Industrial de la Policía Nacional, averiguamos que “el flujo de información y denuncias es continuo y sostenido en el tiempo, un no parar de trabajar en las distintas modalidades delictivas que implica esta especialidad de la propiedad intelectual”.
En la segunda hora de programa, Raquel Martínez nos conduce a un 1998 en el que el Grupo Mundial de Lucha contra la Falsificación y la Piratería establece el 8 de junio como Día Mundial contra esta práctica, y en el que, al otro lado del mundo, se inicia la guerra de Kosovo. En la cara buena, dos universitarios de Stanford, Larry Page y Serguéi Brin, fundan Google en California.
Mientras tanto, llegaba a la pequeña pantalla A las once en casa (TVE), una comedia familiar que llegó a registrar cuatro millones de espectadores, y que recordamos junto a Antonio Resines, uno de los actores protagonistas (Ángel). “Supuso un pequeño adelanto, por el lenguaje que utilizaba y los temas que trataba. Es la base clarísima de Los Serrano o de Ana y los Siete”, asegura al otro lado del teléfono. En el estudio, nos visita Eva Lesmes, directora de esta ficción junto a José Pavón. “Estábamos aprendiendo, aunque teníamos muchas referencias de las sitcoms americanas”, reconoce.
Fuente: rtve.es